Entre los mitos más instalados sobre la pobreza y el trabajo está la figura del planero: el planero --se dice-- es un desocupado que vive del Estado, alguien que no hace nada y al que los planes sociales empeoran porque le hacen perder la cultura del trabajo.

Los datos del Registro de Trabajadores de la Economía Popular (Renatep), sin embargo, obligan a revisar lo que se cree: por empezar, porque el 49,2 por ciento de quienes cobran un plan Potenciar Trabajo son mujeres que trabajan en comedores populares o merenderos.

Esto se debe a que el trabajo sociocomunitario es el que más creció dentro de la economía popular. Un resultado lógico de la pandemia, porque los barrios tuvieron que activarse para dar respuesta a la crisis alimentaria.