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NACIONALES --POR SIMóN SUáREZ

17 de octubre de 2023

RADIOKTUBRE INFO…. UN PASO A LO DESCONOCIDO ….Por Simòn Suàrez

Un nuevo 17 de octubre que llega en un contexto preelectoral donde parecen estar en juego los valores democráticos.

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A menos de una semana de las elecciones presidenciales, las décimas de esta era democrática, se celebra hoy un importante acto que conmemora una fecha fundante del peronismo, el 17 de octubre de 1945. El martilleo constante de la candidata Patricia Bullrich prometiendo “exterminar al kirchnerismo, ahora y para siempre” y la promesa del candidato liberal, Javier Milei, de achicar el Estado a su mínima expresión y terminar con las actuales leyes laborales, disimulan mal la persistencia de un viejo sueño de las elites argentinas: destruir la anomalía peronista. Pasaron 78 años desde aquel 17 de octubre originario y, sin embargo, seguimos discutiendo el peronismo, y el modelo de país, casi en los mismos términos que se discutieron en aquel entonces. Las nuevas formas de la derecha la hacen parecer moderna, pero sus contenidos son bastante antiguos.

El año 1945 es de una densidad histórica impresionante, el escenario de un cataclismo que abrió hendiduras que nunca más se cerraron. Juan Domingo Perón era el centro de gravedad del gobierno surgido en 1943 y desde la Secretaría de Trabajo y Previsión impulsó el corpus principal de lo que llegaría a ser un arco iris de leyes laborales y sociales de enorme trascendencia. Con solo nombrar la ley del peón rural, el salario mínimo, las vacaciones pagas, el aguinaldo y la jubilación; podemos tener una perspectiva del momento que estaban viviendo los trabajadores.

Pero en forma simétrica, los sectores patronales del campo, la industria, y el comercio, hicieron sonar la voz de alarma. Algo se estaba quebrando en Argentina. Había llevado décadas de derramamiento de sangre domesticar a los sectores populares argentinos, años de construcción de un orden que parecía temblar en sus cimientos.

El 16 de junio la oposición comenzó la ofensiva con el famoso Manifiesto del Comercio y la Industria en el que 321 organizaciones patronales, lideradas por la Bolsa de Comercio y la Cámara Argentina de Comercio, cuestionaban duramente la política laboral. La principal queja del sector empresario era que se estaba creando “un clima de recelos, de provocación y de rebeldía, que estimula el resentimiento, y un permanente espíritu de hostilidad y reivindicación”. El cuestionamiento más directo era que Perón estaba borroneando los límites de las jerarquías sociales que debían respetarse. El clima de posguerra mundial llevó a los intelectuales más destacados, a amplios sectores de las clases medias y a los universitarios a acusar al gobierno de fascista, y a Perón de emular de Mussolini. La libertad con la cual se movilizaban y expresaban sus ideas en la mayoría absoluta de la prensa desmiente esa acusación, pero lo que realmente preocupaba era el avance de la legislación laboral. Es que la Secretaría de Trabajo no solo impulsó las leyes, eso era lo de menos, los imperdonable es que montó toda una estructura desde el estado para que esas leyes se cumplan en todo el país. Se multiplicaron las oficinas, se pusieron inspectores, se creo un fuero laboral. Nada fue improvisado, se trajo desde muchos países lo más avanzado en ese tipo de jurisprudencia y se argumentó con rigor cada medida tomada. El Estado entró en cada unidad laboral para que los trabajadores pudieran dar testimonio de su situación y se les brindó una vía para denunciar los incumplimientos. Sin esa intervención estatal de control las leyes son puro humo.

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