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 La justicia federal de Sáenz Peña libero a diez de los once detenidos en la investigación por ciberdelincuencia, en cuyo marco se detectó que a varias personas, entre ellas residente de esta ciudad, "le chuparon" de sus cuentas bancarias.

"Se sigue investigando, queda una persona detenida", señaló  el juez federal Miguel Aranda.

Cabe indicar que la semana pasada se realizaron nueve allanamientos en CABA, Buenos Aires, Jujuy y San Juan.

El fiscal Carlos Amad encaró la investigación luego de una denuncia realizada en Sáenz Peña, en donde a una persona "le chuparon" los datos y perfil de su Whatsapp, para luego realizar el hackeo de cuentas bancarias y de tarjetas de crédito.

A través de la colaboración de fuerzas federales, por orden el juez federal de esta ciudad Miguel Aranda, se llevaron a cabo allanamientos en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en dos domicilios más ubicados en la provincia de Buenos Aires, en Jujuy y en San Juan.

La punta del iceberg fue la denuncia de una persona domiciliada en Presidencia Roque Sáenz Peña, donde narró lo sucedido a través de contactos relacionados con supuestas ventas de artículos y productos de distintos rubros.

La Justicia federal incautó una serie de elementos como computadoras, pendrive, anotaciones en cuadernos, pendrive y también agendas, que pueden dar información acerca de cómo fueron los movimientos que realizaron en las operaciones los delincuentes, y que serán analizados por los peritos informáticos .

ASÍ OPERARON

Los ciber delincuentes se hicieron pasar por empresas de servicios pidiendo datos y la foto de perfil a través de la aplicación Whatsapp, de donde se tomaron contactos, a los cuales también les hicieron ofertas.

Luego también les robaron su perfil de Facebook, contactando a sus amigos de esa red social.

Así, fueron tomando contactos que terminaron en varios casos llevando engañados a cajeros automáticos y convencieron de aceptar un código enviado al Whatsapp, con lo cual procedieron a efectuar transferencia de dinero de sus cuentas bancarias y también el uso de tarjetas de crédito.

A la par, en algunos casos se dio que se suplantó la identidad de las víctimas para poder operar las cuentas en bancos, perfiles en las plataformas y redes sociales, servicios y aplicaciones web.