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NACIONALES --POR SIMóN SUáREZ

20 de junio de 2023

RADIOKTUBRE INFO…. ESTO PASÓ EL 20 DE JUNIO DE 1973 …Por Simón Suarez..Ver mas..

Cerca de dos millones de personas se concentraron para darle a bienvenida a Juan Domingo Perón en su vuelta definitiva al país tras el exilio. No fue la fiesta que se imaginó: hubo 13 muertos y 8 manifestantes fueron torturados. La presencia de Leonardo Favio y el papel del entonces presidente Héctor Cámpora y de los protagonistas de la política de la época.

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El 20 de junio de 1973, Juan Domingo Perón le puso fin a su exilio. Tomó un avión en Madrid y regresó definitivamente a la Argentina. Cerca de dos millones de personas se congregaron en las inmediaciones de Ezeiza para un recibimiento apoteósico. Debería haber sido una fiesta en el marco de la mayor concentración de la historia argentina. Pero no fue así: se desató la violencia y el avión debió aterrizar en Morón. Perón hablaría al día siguiente en un discurso por cadena en el que cargó las tintas contra la izquierda de su movimiento.

 

La vuelta de Perón quedó fechada para el 20 de junio, Día de la Bandera. La izquierda peronista, que a través de Oscar Bidegain gobernaba la provincia de Buenos Aires, cometió un gravísimo error: dejar la logística del acto en el comité organizador, copado por la derecha. Esa virtual privatización de la seguridad (la Policía Bonaerense y la Federal no fueron de la partida) explica en gran medida lo que pasó.

Cinco personas quedaron a cargo de la organización. Una sola le respondía a Cámpora: el secretario general del Justicialismo, Juan Manuel Abal Medina. Los otros eran el secretario general de la CGT, José Rucci; el titular de la UOM, Lorenzo Miguel; Norma Kennedy; y el coronel Jorge Osinde. Se montó un imponente palco con las imágenes del líder que terminaba su exilio, Evita e Isabel Perón. Desde allí hablaría Perón a dos millones de militantes, uno de cada tres votantes de la fórmula Cámpora-Solano Lima, que había cosechado 6 millones de sufragios.

Cámpora viajó a Madrid el 14 de junio para regresar con Perón. Allí lo agasajó Francisco Franco. El dictador acompañó a Perón y Cámpora en Barajas, la mañana del 20 de junio, cuando comenzaba el verano en el hemisferio norte. En el sur era de madrugada y comenzaba el invierno. Una marea humana marchaba hacia Ezeiza, en auto, micro e, incluso, a pie. Provenían de todas partes de la Argentina.

La organización delegó en Leonardo Favio la puesta en escena del acto, televisación incluida. El locutor oficial sería Edgardo Suárez y la Orquesta Sinfónica Nacional tocaría el Himno Nacional Agentino y la Marcha Peronista. A media mañana, medio gabinete presenció el acto del Día de la Bandera en Palermo. Un general de Brigada fue el encargado de tomar el juramento a la enseña. Le habían ofrecido ir en la comitiva de Cámpora a España: se negó y puso su renuncia a disposición, que le fue negada. Se llamaba Jorge Rafael Videla.

Cientos de miles de personas marchaban a Ezeiza mientras Perón cruzaba el Atlántico. Jorge Taiana, el ministro de Educación (quien como médico firmó los certificados de defunción de Evita y de Perón), registra en su libro El último Perón que el General sufrió un fuerte ardor en el pecho. Era un dolor espontáneo epigástrico. La sensación se fue prolongando y lo calmó con un poco de whisky. Nunca le habían recetado nitrato, la droga específica para ese malestar.

Al mediodía, el vicepresidente Solano Lima almorzó con Osinde a metros del palco. El coronel controlaba en persona que todo estuviera en orden, como responsable de la seguridad, para la que contó con hombres aportados por los sindicatos, más exmilitares y expolicías. De hecho, la imagen emblemática del palco en la que se ve a un hombre calvo y de bigotes que agita una carabina corresponde a Pedro Menta, exoficial de Gendarmería.

A las 14.30, Favio dio por iniciado el acto y la Sinfónica acometió los acordes de la Marcha Peronista. En medio del coro improvisado más grande jamás reunido comenzó a sentirse el ruido de disparos. La gente comenzó a correr o a tirarse en el piso. ¿Qué había pasado?

Los hombres de Osinde, parapetados en el área que rodeaba al palco, recibieron a balazos a la Columna Sur de Montoneros: unas 50 mil personas. El palco se encontraba en el cruce de la ruta 205 con la autopista Ricchieri. La Columna Sur quiso bordear la parte de atrás para colocarse frente al escenario, en un sector donde ya se había instalada una columna de la Juventud Trabajadora Peronista. Apenas llegaron al cruce con la Ricchieri comenzaron los disparos de los custodios.

 

Casi al mismo tiempo se produjo un segundo tiroteo, en el que tuvo lugar el único enfrentamiento cara a cara. Un grupo de custodios del palco, liderados por el capitán Roberto Chavarri se internó en el bosque, cumpliendo la orden de Ciro Ahumada (hombre de Osinde) de desalojar las inmediaciones, en especial a los que se habían trepado a los árboles.

El grupo de Chavarri se encontró con un jeep con altoparlantes en el que pasaban el rato dos integrantes de la Columna Sur de Montoneros. Al volante se encontraba José Luis Nell. Era un ex miembro fundador de Tacuara y, como tal, formó parte del asalto al Policlínico Bancario, en 1963, considerado el primer hecho de guerrilla urbana en el país. De la derecha nacionalista de Tacuara evolucionó hacia la izquierda; tras un contacto con los Tupamaros uruguayos ayudó a organizar la JP. Junto con él estaba Horacio “Beto” Simona, de 20 años. En un bolso, tenían una ametralladora, una de las pocas armas largas que la Tendencia llevó el 20 de junio a Ezeiza. No llegarían a usarla. Chavarri les preguntó quiénes eran, mientras sus hombres rodeaban el jeep. “Peronistas somos, ¿y ustedes?” “Peronistas no, ustedes son unos hijos de puta”, retrucó el capitán, al tiempo que ponía una pistola sobre la frente de Nell. 

Favio en el Hotel

Favio llegó a la habitación que tenía asignada en el Hotel Internacional. Perturbado por lo que había visto en el palco, trató de dormir. Eso intentaba hacer cuando llamaron a su puerta: "¡Están torturando a los detenidos, hay que hacer algo!"

Salió al pasillo, corriendo, hasta una habitación donde un grupo de personas le quiso cerrar el paso. "Soy Leonardo Favio. A mí no me van a parar porque empiezo a los gritos".

Cerró con una advertencia: “A los que fueron nuestros adversarios, que acepten la soberanía del Pueblo, que es la verdadera soberanía, cuando se quiere alejar el fantasma de los vasallajes foráneos, siempre más indignos y costosos. A los enemigos, embozados, encubiertos o disimulados les aconsejo que cesen en sus intentos porque cuando los pueblos agotan su paciencia suelen hacer tronar el escarmiento”.

Ese fue el corolario de lo sucedido el 20 de junio, y un signo de lo que vendría. Cámpora renunció el 13 de julio; horas antes, le devolvió el grado militar a Perón por decreto. Ya convertido en presidente por tercera vez, Perón volvería a usar el uniforme el día de su asunción

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