El cerco judicial contra el expresidente brasileño Jair Bolsonaro se cerró un poco más este lunes, cuando la Corte Suprema ordenó su prisión domiciliaria por incumplir una prohibición de usar redes sociales en el marco de su juicio por intento de golpe. Además de permanecer en su residencia en Brasilia, Bolsonaro solo podrá recibir visitas de sus abogados y estará impedido de usar celulares, sea el suyo o de un tercero. Las prohibiciones anteriores de mantener contactos con embajadores o representantes extranjeros y de usar las redes sociales se mantienen.